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21 nov 2017

¿Y qué opinas de está analogía del globo?

Hoy amanecí con la idea de comparar la vida con un globo aerostático, y escribo en una fria pero despejada mañana, viendo el amanecer y escuchando los pájaros con sus cánticos.

Y es que cuando viajo, a mi mente le gusta explorar, pensar, analizar, estar en paz, buscar respuestas, crecer, aprender y se mantiene ocupada con tantos cambios y decisiones.

Crecemos y comenzamos a llenar ese globo de aprendizajes, de conocimiento, de sentimientos y de sueños para buscar la manera de ascender y cumplir con ellos.

Muchas veces el aire no es lo suficientemente caliente para elevarnos, o al hacerlo nos podemos asustar y decidir descender de nuevo, eso para mi es el crecimiento espiritual.

En la canasta llevamos nuestras pertenencias, las cosas que consideramos necesarias y que podemos requerir en el camino y que al ser un espacio reducido, debemos escoger sabiamente y con la experiencia nos damos cuenta de lo que realmente es necesario. 

A veces se aprende a volar en el globo, pero esta anclado a tierra y solo nos permite ver un poco de esa maravillosa vista panorámica y de lo pequeños que somos en un mundo lleno de bendiciones y sorpresas. Esas anclas las asocio con nuestros temores por dejar la zona de confort, de quedarnos en el entorno conocido, de relacionarnos con las personas que piensan igual que nosotros o que se comportan como yo deseo que lo hagan. También lo asocio, en mi caso, como cuando tomas vacaciones, que sabes que tienes un periodo corto para disfrutar al máximo y volver a la realidad de tu cotidianidad y sentar cabeza en la tierra.

Y estan los globos que son liberados de estás anclas o que luchan constantemente por hacerlo y deciden volar, explorar y aventurarse en nuevos territorios, afrontando los temores que eso implica, con la humildad y deseos de aprender y de ayudar en lo que sea posible. Pero no es un viaje fácil, esta lleno de constantes decisión y retos, el clima cambiante, los vientos que te impulsan osea las palabras de aliento, la lluvia que en ocasiones te desanima y te hace dudar si es mejor parar y esperar para seguir adelante o quedarse refugiados hasta que el tiempo mejore.

Los accidentes o dificultades que podras tener, que son como pinchazos que puedes reparar, aprender de ellos y seguir adelante, pues todo radica en la capacidad de adaptación y perseverancia que tengas para cumplir tus sueños, para perdonar, para evolucionar y no quedarte anclado o limitado por ese inconveniente.

Y el descenso también es genial, pues te acerca a los que llevabas en tus pensamientos, te permite interactuar y convivir con más personas, a enriquecer tu vida y a irradiar la alegría de lo experimentado. Y a recargar o dejar atras lo que viste que era importante o innecesario, a prepararte mejor, a hacerle mantenimiento al globo y reparar esos pinchazos que pudieron presentarse en el camino y que te hacen recordar importantes aprendizajes, pues considero que si no aprendes de ellos es cuando estos se repiten.

La clave es mantener la llama interior encendida, pues es la que hace que tu espíritu se recargue, luche por lo que quiere y afronte los retos que se presentan en ese vuelo, que busca explorar, aprender y mejorar día a día, aceptando con humildad lo que somos pero soñando en grande para cumplir nuestros anhelos y ser mejores seres humanos

Por eso te invito a que mantengas tu llama interior encendida, que a pesar del entorno logres volar donde quieras y que busques crecer y aprender dia a dia, a sobreponerte y que las experiencias te hagan una mejor persona, pues aún es tiempo de ser feliz.